Vuelve Fidel a su amada Biblioteca Nacional José Martí. Allí, en 1961, pronunció el discurso conocido como “Palabras a los intelectuales”, como rememoró su director el Dr. Eduardo Torres Cuevas en la inauguración de ¡Fidel!, la muestra homenaje que ocupa por estos días la galería El reino de este mundo de esta capitalina institución. Con esta, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, la Fototeca de Cuba y la Biblioteca Nacional José Martí (BNCJM) se suman a las diversas iniciativas que invaden el panorama cultural de la Isla con motivo del 92 cumpleaños del Eterno Comandante en Jefe.
Bajo la curaduría de Claudia Arcos, la exposición colectiva está integrada por siete audiovisuales y quince fotografías del líder histórico pertenecientes al fondo de la Fototeca de Cuba.
Seis de los videos son show de instantáneas de varios fotógrafos, editados en el 2015 por Roberto Chile, que discurren cronológicamente por diversas etapas o facetas del más consecuente de los martianos. Desde su adolescencia con “Niñez, adolescencia y Juventud” hasta “Fidel es Fidel” que recoge al Fidel de las “Reflexiones” y Defensor de la paz mundial; pasando por “El joven rebelde”, “La Sierra Maestra y la Caravana de la libertad”, “Épica” y “Gigante de la Historia”.
El otro audiovisual proyecta cinco emblemáticas fotos del más contemporáneo de los artistas del lente participantes, y que se distinguen por su simbolismo y aurea conceptual. Me refiero a las tituladas “Eterno Baraguá” (2005), “Comandante” (2006), “Abrazo” (2010), “En favor de la paz” (2010) y “La Estrella de Fidel” (2010), del también camarógrafo y promotor de exposiciones como estas, Roberto Chile.
Entre las pantallas se montaron quince fotos de pequeño y mediano formato; en su mayoría impresiones digitales en blanco y negro, aunque hay también de plata/gelatina. Salidas del ingenio y de los artefactos de siete artistas del lente: Osvaldo Salas, Raúl Corrales, José Agraz, Liborio Noval, Luis Pierce (Luis Korda), Ernesto Fernández y Roberto Salas. Adscritos a la reconocida fotografía épica cubana.
El título —al decir de Nelson Ramírez de Arellano Conde, director de la Fototeca— obedece a la forma sencilla y cariñosa con que el pueblo se ha referido a su Comandante. Un nombre lleno de significados y que bastó al joven miliciano Eduardo García Delgado para expresar su compromiso.
Quien visite la muestra rememorará a su personal Fidel con fotografías bien conocidas, pero también con otras menos reproducidas como las dos de Fidel en New York, tomadas en 1955 por Osvaldo Salas; o la de José Gras, que capta al líder rodeado de milicianos y civiles frente al puerto aquel fatídico día de la Explosión de La Coubre.
Podría ser el joven elegante, el mítico rebelde, el estadista compartiendo con líderes del Sur, el promotor del deporte, el líder ocultando a su gente y convocándolo con el ejemplo.
Para la cuidadora de la galería fue el Fidel que llenaba la Plaza; esa fue la impresión con la que me recibió al llegar y que repitió con otros visitantes que móvil en mano recorrían la muestra. A propósito, vale destacar la inmensa foto de Salas, capturada en 1970 desde lo alto de la torre de la Plaza de la Revolución.
Y Fidel ha vuelto aquí varias veces. En febrero del 2017, el lobby de la institución acogió la exposición Vida y Obra de Fidel Castro con una veintena de fotografías de la fototeca de la Biblioteca, publicaciones, carteles y libros de sus fondos. Un mes después, la galería acogió la exposición Yo cuido, con fotografías de Alex Castro, intervenidas por importantes artistas cubanos. En diciembre del 2016 la fachada había sido premiada con una gigantografía con la conocida foto de Fidel de pie en la Sierra Maestra vistiendo uniforme de campaña con su mochila y su fusil, realizada por Korda en junio de 1961.
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